15-0 united for #globalchange & Fela’s anniversary today!

Today, thousands (millions?) of people will go out to the streets in over 190 cities in 82 countries to demand political change and a system that puts people over profit. Here’s a video showing some of the protests that have already taken place this year, and giving you an idea of why today is important:


I will be attending the Madrid demonstration this afternoon and afterwards, if there is energy, may go to this tribute concert to Fela Kuti, whom today would have turned 73.
Fela was not only a great figure for African music, but also a political mind, who fought for the same reasons people are out on the streets today!

Here’s a 1978 Berlin performance of «Cross Examination»

¡De vuelta al blog!

Esto ha estado bastante muertecito durante las últimas semanas, ya que he andado líado en cosas varias. Espero volver a la actividad normal – ¡o al menos a que haya algo de actividad! – este mes de junio y durante el verano.

Pese a no estar directamente relacionado con este blog, creo que merece la pena comentar que una de las cosas en las que más tiempo he invertido los últimos días es en seguir y participar en algunos de los debates y asambleas generadas por el movimiento 15-M y la acampada de Sol. Aunque no acampado, he asistido a diversas reuniones tanto en la plaza de Sol (y aledaños) como en el barrio. Han sido unos días muy emocionantes y bonitos de vivir – viendo a la gente hablando de política en la calle – y tengo una gran esperanza en que todo esto llegará a buen puerto. Casi tres semanas después del 15-M se está llegando a un punto clave en el que las primeras manifestaciones – centradas en las acampadas – está dando paso a estrategias de movilización y participación centradas en problemas locales y en el contacto directo con la gente de los barrios. Es por tanto muy necesario que todos aquellos que deseamos una sociedad más democrática y justa sigamos involucrados (y que todos los que aún no lo hayan hecho, salgan a la calle).

Además, el 15-M tiene dentro el potencial para convertirse en un movimiento más grande, al menos a nivel europeo (y así lo apuntan diversos participantes). En esta línea precisamente, he escrito una pequeña contribución para Foreign Policy en Español, titulada «Las coordenadas internacionales del 15-M». Aquí copio un fragmento; el texto entero puede leerse pinchando aquí:

Entender el 15-M principalmente como una protesta frente a la pobre calidad democrática es algo que parece acertado, y que abre la puerta a posibles resonancias entre los ciudadanos de otros países europeos. Durante años en Europa, la brecha entre la sociedad y los políticos no ha hecho sino aumentar; ahora, el frenazo económico ha demostrado la relevancia de esta carencia. La frustración social generada por las ganancias de los ejecutivos y el tratamiento dado a los bancos (en Islandia e Irlanda); las demandas de los mercados e instituciones financieras (en Grecia) o los abusos y poca representatividad de la clase política (recuérdese el escándalo de las dietas que sacudió Reino Unido), son ejemplos del divorcio cada vez mayor entre sociedad y políticos. Esto constituye un importante problema estructural que puede generar diversas respuestas. Frente a la parálisis y la falta de ideas europeas, una de las contestaciones que parecen tener más fuerza es el populismo nacionalista –como demuestra el auge de formaciones xenófobas y de extrema derecha en numerosos países. Frente a esta opción, la sociedad civil puede constituir una fuente de inspiración para el futuro europeo a medio y largo plazo.

Es aún pronto para avanzar un análisis certero sobre el 15-M; sin embargo su carácter honesto, plural y radical (en el sentido más puro de la palabra: etimológicamente de raíz), es un importante motivo para el optimismo. Jóvenes en la Puerta del Sol hablaban de llevar a cabo “nuestra Transición”, lo que ejemplifica tanto el deseo de renovación democrática, como la poca estima en que se tiene al sistema actual. La pregunta clave –y aún por contestar– es qué forma tomará el 15-M para garantizar su supervivencia y sus posibilidades de éxito. Una protesta continua y masiva en la calle necesita de unas energías que el 15-M no puede garantizar –a menos que las decisiones políticas ayuden como hasta ahora. Dos líneas de actuación parecen dibujarse: una serie de demandas claras para su adopción por el sistema político (#consensodeminimos), y el traslado de las dinámicas participativas y horizontales generadas en las plazas a los barrios para cimentar un proceso de renovación cívica local a largo plazo.