El pasado domingo la sección «Comment is Free» del diario británico «The Guardian» publicó un artículo de investigación e opinión escrito por el periodista angoleño Rafael Marques de Morais. En él, Rafael (me atrevo a llamarlo por su nombre de pila ya que he tenido el provilegio de conocer a Rafael personalmente y compartir muy buenas conversaciones con este gran periodista y mejor persona) expone cómo la condena en Francia a Pierre Falcone, Arcadi Gaydamak, Charles Pasqua y el hijo del ex-presidente Mitterrand, Jean-Christophe, ha sacado a la luz los turbios negocios llevados acabo por estos empresarios con conexiones al más alto nivel, un éscandalo conocido como el «Angolagate».
Los condenados por el Angolagate, de izquierda a derecha y de arriba a abajo: Pierre Falcone, Arcady Gaydamak, Charles Pasqua y Jean-Christophe Mitterrand
(Photo: AFP)
Rafael destaca en especial la cercana relación existente entre el Presidente angoleño José Eduardo dos Santos, y Falcone, al que presentaba como un héroe nacional y quién disponía de acceso provilegiado al despacho presidencial (no en vano se le conocía como el «vice-presidente» del país). Aunque esta condena se refiere a tratos cerrados durante los años 90, este tipo de negocios oscuros no han desaparecido, y así Rafael también ha denunciado recientemente la legalidad del acuerdo firmado entre la compañía francesa Thales y el gobierno angoleño para la provisión de equipamiento de comunicaciones para las fuerzas armadas del país. Mediante este acuerdo, con un valor total de 141,6 milliones de euros, Thales firmaba el contrato junto con la compañía Sadissa, una empresa recién formada, y en cuyo comité ejecutivo se sientan el director de la empresa petrolífera estatal (Sonangol) Manuel Vicente y el embajador de Angola en París, Miguel da Costa. Estas investigaciones demuestran no sólo la corrupción existente en el país y la difusa distinción entre la esfera pública y privada en Angola – lo que da como resultado un modo de gobierno indirecto y privatizado sin apenas transparencia ni responsabilidad frente a la población como ha escrito el académico Achille Mbembe, y que puede llevar a la criminalización del estado – sino también el papel de las empresas europeas en estas actividades en los que la corrupción aparece como «un pre-requisito para la firma de contratos», en palabras de Rafael.
El Presidente de Angola José Eduardo dos Santos
Esta no es sin embargo, la primera denuncia pública de Rafael acerca del comportamiento del gobierno angoleño. Hace 10 años Rafael escribió «El pintalabios de una dictadura», un artículo crítico con el gobierno de dos Santos que le valió el ser arrestado y permanecer durante meses en prisión. Su detención – y huelga de hambre para denunciar su situación de incomunicación – llamó la atención acerca de la precaria situación de la libertad de prensa en el país, y Rafael recibió el apoyo internacional. Tras ser liberado, Rafael intensificó aún más sus esfuerzos para poner fin a la guerra que asolaba el país, así como su denuncia de las violaciones de derechos humanos relacionados con la extracción y tráfico de diamantes en zonas del país – aquí puede leerse uno de sus informes. Por su gran labor en favor de la libertad de expresión y de denuncia de estos abusos le fue concedido en 2006 el prestigioso Civil Courage Prize – esta es la página del premio que tiene también una biografía de Rafael – un galardón que premia los esfuerzos hechos por periodistas para denunciar situaciones injustas a pesar del gran riesgo personal en que se incurre.
Rafael Marques de Morais recibiendo el Premio Civil Courage
Este premio no ha hecho sino acentuar aún más el compromiso de Rafael con la promoción de la justicia en Angola. Así ha continuado denunciando la corrupción del país – a pesar de que aparezca a menudo como ejemplo de éxito económico africano – y la falta de democracia en Angola – aquí puede leerse su comentario crítico sobre las últimas elecciones celebradas allí (en español). Por todo esto no queda sino felicitar a Rafael por su trabajo y valentñia y animarle a que siga luchando por su país y el continente.
Una respuesta a “El trabajo de Rafael Marques de Morais en Angola”